lunes, 31 de agosto de 2015

ONGI ETORRI - BIENVENIDO

Foto: Dani Molinero


Emprendiendo el Camino.


Razón tenía Alicia en el país de las maravillas, siempre se llega a alguna parte si se camina lo bastante. Dicha afirmación nos pone en ruta hacia un nuevo universo. Rumbo hacia una nueva isla para la reflexión, Molinesia. El destino del buen Líder. Y me complace poder explorarla con todos vosotros. Pero no, no preguntemos por ella; nadie tiene respuestas, nadie puede darnos ningún detalle; ¡qué sí, qué así es mejor, ya lo veréis! Iremos descubriéndola por nosotros mismos; día a día, paso a paso. No tengamos prisa por avistarla de inmediato, pues la experiencia está en el camino; la emoción es el camino, el punto de partida de todos los sueños. Os propongo compartirlo. Sea éste o cualquier otro, solos o en compañía, siempre, no dejemos de disfrutarlo.
Dani Molinero – Molinesia ©



martes, 25 de agosto de 2015

INTROSPECCIÓN

Foto: Dani Molinero


Valentía para afrontar el cambio.

Llegan las vacaciones. ¡Qué alegría, qué alboroto! Mañana último día de curro; la tarde amenaza con temporal de terraceo a base de cerveza fresca y tapeo. Cocktail emocional con toda nuestra familia social.
Una de Willy Fog: “¡qué bien lo vamos a pasar en Langkawi!”, “las tortugas de Maldivas no son tan grandes como las de Koh Tao”, “California es mejor que New York”, “mi primo estuvo en Estambul y menudo cruce de culturas” y “qué bonita es Croacia … si no fuera por las playas”.
Una de Humor Inteligente: “¿un crucero por el Nilo?, cerveza caliente y comida fría”, “monsoon; nuevo método de relajación en El Nido de Las Filipinas”, “souvenirs en Marrakech de tipo tú querer comprar camello a precio de burro” y “qué bueno el rodaballo de la montaña palentina”; respuesta: “mejor que tus mejillones de Budapest”.
Una de Gastroneura: “pisco sour, ají, corvina, ceviches y el condimento mapuche de Perú”; “tajine aux pruneaux, chorba, couscous à la viande, y harira de la cuisine berbère”; “nos vamos a poner finos a Lobster en Hong Kong”, pero sobre todo “porque comer-comer, cómo en casa en ningún lao”. Y es que ya hasta en New York intentan emularnos con su International Culinary Center; Broadway Street ya nunca será lo mismo.
Una de Hammer Experiences: sobrevolar el Salto Ángel en Venezuela, lanzarse sin frenos desde la cima del Stelvio, escalar las torres Petronas, avistar un tiburón blanco en el mar rojo, un viaje en Zeppelin en Friedrichshafen; no limits, conquistaremos hasta la cumbre del Kilimanjaro.
Y de postre, una de cool: degustación de Dom Pérignon en Pacha Ibiza, sobremesa en Burj Khalifa de Dubai, concierto belle époque de Johan Strauss en el Kursalon de Viena o tout simplement un café noir sur la Seine.
Pero sobre todo, una de Planificación Last Minute: “lata de Toro Rojo y me planto en Denia en 5 horas”; “tú habla con Fulano para que su padre nos lleve al aeropuerto a las 5 de la mañana que ya me encargo yo de la vuelta”; Ellos: “un mes sin afeitado y ya compraremos la toalla, el champú y la pasta de dientes en destino”; Ellas: “bikini o bañador convencional, chancletas o sandalias, chaqueta o sweater, crema solar y  after sun, champú y acondicionador, tipos de envases permitidos y peso máximo permitido en facturación”.
Y ya estamos list@s para el suculento viaje. Pasaporte en vigor, kit full-equipe de explorador, mucho tiempo libre y obligaciones laborales aparcadas. ¡Desconexión total! ¿O cortocircuito?
Desconexión a modo de gratificación diferida, pastilla del bienestar para el corto plazo, el ibuprofeno contra los excesos. ¿Volver en Septiembre a las andadas o valentía para combatir nuestra neurosis degenerativa? Aplacar los síntomas o minimizar los factores de riesgo. Si queremos incidir en mejoras sostenibles para el futuro la prescripción será la reflexión; la terapia avanzada será la meditación, práctica de dimensión superior de sensualidad galopante.


Vacaciones para buscar la paz con uno mismo, tranquilidad, armonía, dieta sana y un entorno relajado que inspire nuestra introspección. Pensemos en mantener lo positivo, las ganas de seguir aprendiendo, lo que nos motiva y todo aquello que nos procura felicidad. Pero seamos capaces también de identificar nuestros miedos, los porqués de nuestros fracasos, los motivos de las desavenencias personales con otros y todo aquello que nos limita en nuestra progresión profesional y como seres humanos. Fomentar la autocrítica y reconocer nuestros errores alienta la superación de los mismos y la mejora personal. Probemos a ser sinceros con nosotros mismos.
¡Nada cambia si yo no cambio! Emprendamos el proceso de cambio desde el corazón. Es increíble cómo puede cambiar nuestra vida si somos capaces de cambiar un pensamiento o una actitud. Cambiemos el enfoque eludiendo la soledad, lo dice un proverbio africano: si quieres ir rápido camina en solitario; si quieres llegar lejos vete acompañado y, por supuesto, disfruta del camino. Y si es nuestra responsabilidad ejercer el liderazgo del equipo, antes de exigir en exceso a cada miembro individual pensemos en qué podemos hacer nosotros por ellos, qué podemos aportarles.
Aprovecha el verano para renovar tu energía corpórea, mental y espiritual e intenta visualizar nuevas posibilidades creativas. Rompe con los paradigmas y con todo aquello que no te permita avanzar. Si en el presente somos el resultado de nuestro pasado aprendamos a ser los arquitectos de nuestro futuro. Y recuerda, los hechos son tus nuevas palabras. Dani Molinero – Molinesia ©